25 años de trasplantes de sangre de cordón umbilical

Hoy se cumple un cuarto de siglo desde el primer trasplante de células madre de la sangre del cordón umbilical, realizado un 6 de octubre de 1988 en París. Hoy en día los trasplantes de sangre de cordón umbilical son una operación controlada y frecuente, ya que se realizan centenares de ellos cada año, pero en 1988 dar este paso fue algo muy innovador. La responsable del proceso médico que fue la doctora Eliane Gluckman, que uso las células madre de sangre de cordón umbilical para tratar a un niño con Anemia de Fanconi, una anemia aplásica rara que hubiera sido mortal para el bebé. El niño tenía una hermana cuyos antigenos de histocompatibilidad (la HLA) eran idénticos, por lo que se valoró que el riesgo de rechazo inmunitario era mínimo y se realizo el trasplante. Esta actuación médica fue un caso de éxito tanto a nivel personal como científico. Sabemos que 25 años después la persona que recibió el trasplantes está en bien y no ha sufrido efectos secundarios por el tratamiento recibido. Por otro lado poder realizar un trasplante de células madre de la sangre de cordón umbilical de su hermana con éxito abrió las puertas a un nuevo camino para la medicina regenerativa.

Hoy se conservan más de medido millón de unidades de células de sangre de cordón umbilical, y en 25 años se han realizo más de 30.000 traplantes. Sólo en España hay 7 bancos públicos y 2 privados que almacenan dentro del país la sangre de cordón umbilical. También se ha avanzado mucho a nivel técnico, y por ejemplo se ha descubierto que aunque en el primer traplante se busco que fueran 100% compatibles respecto a la HLA, este tipo de trasplantes es rechazado con menor intensidad por el sistema inmunitario que los de médula ósea, que son mucho más problemáticos. Se sabe que no es necesario que el HLA del donante sea idéntico al receptor, porque aunque haya algunas diferencias el trasplante se suele aceptar bien. Eso hace que sea mucho más fácil encontrar un donante compatible que para la donación de órganos como los riñones u otros tejidos. Por ello hoy en día siguen aumentando el número de intervenciones con SCU, mientras que las de médula ósea se reservan para casos específicos en los que los resultados son mejores o no hay otro donante posible. A diferencia de los de médula ósea, este tipo de trasplantes no requieren donante HLA idéntico por lo que resulta más fácil encontrar un donante.