- Una vez que el bebé ha nacido el cordón umbilical sigue conectado al niño y lo primero será cortarlo. Para ello se sujeta de ambos lados del cordón y a continuación se secciona el cordón, igual que se hace durante un parto normal.
- A continuación se realiza la recogida de sangre real del cordón umbilical. Para ello se hace una punción del cordón umbilical de forma que la aguja se inserte en una pequeña vena que tiene el cordón y es de donde se recoge la sangre del conducto. La sangre pasa a través de una cánula y se dirige hasta una bolsa de recogida.
- A veces también hay equipos médicos que recogen la sangre de la placenta. Para hacerlo hay dos métodos. Lo más habitual es usar agujas adicionales para hacer punciones de la placenta para recoger la sangre que queda en ella. La segunda posibilidad es hacer un drenaje por gravedad.
- Se sella el kit donde se ha recogido la sangre de cordón umbilical para que la muestra recogida esté en condiciones asepticas.
Independientemente de la técnica utilizada para la recogida de la sangre de cordón umbilical el procedimiento es indoloro a la madre. En el nacimiento la placenta se separa y no hay una sensación física directa. El procedimiento tampoco tiene peligro alguno para el niño, por lo que es un procedimiento interesante para todas las familias que quieran conservar células madre congeladas de forma particular y también para aquellos que prefieran donar las células al servicio público de salud.
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